Daniel Avila

Daniel Avila

viernes, 8 de enero de 2010

Lege, quaeso


Tentaciones,..... provocar el deseo oculto de cada uno de nosotros. Si me tientas probablemente caiga bajo su efecto, es decir que el deseo esta ahí, esperando a que alguien lo despierte para ser libre. Si nos alejamos de las tentaciones mantenemos el deseo encerrado, ya que estos deseos llevan al pecado y a la perdición del ser humano. ¿Y porque? Creo que es parte de nosotros y lo utilizamos todos los días, lo pedimos, lo provocamos. ¿Entonces porque huir de ellas? Claro, hay que mantener el control, debemos someter a nuestros deseos, a nuestros sentimientos. Para mi esto es sinónimo de miedo, temor por enseñar lo que sentimos de veras. Temor a la vida, a la vulnerabilidad. Por supuesto que hay que comportarse en la sociedad y ser civilizados. La sociedad nos quita libertad a cambio de poder pertenecer a ella. La llamada libertad es solo una ilusión, una idea que creamos para no sentirnos apresados cuando nosotros mismos somos los carceleros de nuestra mente. ¨La humanidad sale más gananciosa consintiendo a cada cual vivir a su manera que obligándole a vivir a la manera de los demás.¨ John Stuart Mill. ¨Haz lo que quieras¨ o ¨Haz tu voluntad¨ es el único lema de una orden citado en el libro de François Rebalais ¨Gargantúa y Pantagrel¨ y recordamos con esto que la libertad del hombre no consiste en poder hacer lo que quiera, sino en no tener que hacer lo que no quiera. Volviendo al tema de la tentación me circula la idea en la cabeza sin parar sobre quien es el más fuerte o el más libre, aquel que se deja llevar por las tentaciones que le da la vida o aquel que prefiere abstenerse???. John Stuart Mill también tiene otra frase celebre: ¨La moderación presupone el placer; la abstinencia, no. Por eso hay más abstemios que moderados.¨ Hay gente que con solo abstenerse sienten suficiente placer, el poder haberlo hecho, pero no hacerlo te da un poder sin igual. Es lo que nos enseñan en la primera clase de cualquier arte marcial: ¨Chicos y chicas, les enseñare a romper brazos, piernas y cuellos, pero no deben usarlo jamas, ya que ahí reside el verdadero poder y los que lo usan son cobardes.¨ Ahora bien, moderación no es el antónimo de abstinencia, lo correcto seria algo como abuso o exceso. Sabemos que los extremos suelen ser los ¨malos¨, en las películas siempre simpatizamos con alguien ¨moderado¨, si eres demasiado bueno eres un tonto, y si eres demasiado malo un cabrón. Claro, nos gusta más el chico bueno que hace algo malo o el malo que al final se le ablanda el corazón. Nunca han escuchado la frase: ¨Eres demasiado bueno/a para mi¨??? o sea que ser demasiado bueno es algo negativo, supongo que de vez en cuando hay que darle unas patadas a algún vagabundo o decir malas palabras. Si llevamos esto un poco más allá, entonces me atrevo a decir que el concepto del infierno es erróneo, o por lo menos en algunas opiniones. En el infierno nos veremos no con tortura y miseria, sino con un exceso de placer y de tentaciones y en el cielo queridos cristianos encontraríamos solo infinita abstinencia. Eso nos deja con una tierra de moderación, donde nos vemos atraídos al mismo tiempo por ambos extremos como en el juego de la soga.