Daniel Avila

Daniel Avila

sábado, 19 de diciembre de 2009

Et tu, Brute


Fue la frase utilizada por Shakespeare en su obra ¨Julio César¨ también conocida como ¨Tu quoque Brute fili mi¨, según otros historiadores. Estas fueron las ultimas palabras de Gaius Julius Caesar cuando vio que su hijo adoptivo Bruto también participaba en el atentado contra su vida. Este fue el precio que pagó César por perdonar a Bruto, el perdón, antónimo de venganza...
La venganza se asemeja en muchos aspectos a la justicia, se trata de administrar en mismo o más daño del que te hicieron con el fin de que tu agresor sufra lo mismo que tu sufriste. Me acuerdo que cuando era un niño y mi hermano y yo nos peleábamos al final nos dábamos un golpe al mismo tiempo para estar en ¨paz¨, solo así alcanzábamos la justicia. Lo malo es cuando con solo una venganza no se llega a un acuerdo y sigue escalando hasta convertirse en una vendetta sin fin. La venganza siempre ha sido un impulso natural del hombre para conseguir cierta justicia, pero es un sentimiento que nos consume. Aunque nos produce cierto placer al cometerla, una vez vengado la conciencia nos destroza por dentro hasta que te llegues a perdonar. Claro que también podemos perdonar a nuestro agresor desde el principio asumiendo el control de nuestros sentimientos y estar en paz con nosotros mismos, pero nosotros los humanos solemos perder el control muy a seguido y preferimos el placer corto y la tortura prolongada a cambio del la sumisión prolongada. En mi película favorita, ¨Oldboy¨, el tema principal es la venganza pura y dura y hasta donde es capaz de llegar el ser humano con tal de proyectar en otra persona el sufrimiento propio. ¿Venganza, acto de justicia o consumidora de conciencias? ¿Tu que crees? Para mi no es mala ni buena, es parte de nosotros, como todo, lo importante es si lo harás parte de tu vida o no.

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